Basado en el tema de retiro 112
Padre del único Pastor, los miembros de esta tu Obra están aprendiendo a vivir en sinodalidad buscando las formas más apropiadas para hacerla realidad.
Y es que en ella pueden encontrarse a muchos hermanos que quieren ser escuchados y acompañados. Deseamos ardientemente involucrar a todos ellos en este proceso y queremos comprometernos a hacerlo posible para que el ELSP mediante la sinodalidad, la comunión, la misión y la participación nuestra Obra apostólica sea más cercana a las personas, más acogedora.
Pastor eterno, Señor Jesús, Unigénito del Padre, sabemos que para ser sinodales estamos llamados a tener “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” . La manera que trataste y formaste a tus Apóstoles y discípulos es nuestro modelo de referencia, Tú no te limitaste a compartir enseñanzas, sino que compartiste con ellos la vida. Nunca partiste de prejuicios ni etiquetas, sino de una auténtica relación espiritual.
Porque al escucharlos significa asumir tu misma actitud respecto a las personas que encontrabas, resolvemos entonces ¡Oh, Señor! a dejar de ser el centro para dar espacio al otro.
¡Dulce huésped del Alma! Fundador de esta Obra Apostólica, nos has lanzado a ser audaces en la misión, comprender que cada cristiano es una misión en este mundo, que la misión es gracia que compromete a toda la Iglesia. Por lo que evitemos el permanecer prisioneros de la lógica de la conservación y ser más misioneros.
Trinidad Beatísima concédenos comprender que no somos solo objeto sino también corresponsables de la sinodalidad siendo sinodales, que hagamos redes y nos coordinemos superando los obstáculos a la no participación. Porque «No se trata sólo de saber lo que Dios quiere de nosotros, de cada uno de nosotros en las diversas situaciones de la vida. Es necesario hacer lo que Dios quiere».
Todo esto, como una lámpara, que no debe meterse debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que dé luz a toda la casa (cfr. Mt 5,15).
Un comentario
He tenido la dicha de reingresar a esta hermosa Institución. Y daré por la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo , mi mejor esfuerzo para.cooperar, dentro de mis humildes posibilidades., a su mayor Engrandecimiento.