Señor y Dios nuestro, que has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de tu hijo perdure hasta el fin de los tiempos, haz que tus fieles caigan en la cuenta de que están llamados a trabajar por la salvación de los demás para que todos los pueblos de la tierra formen una sola familia y surja una humanidad nueva en Cristo nuestro Señor.
Amén.